Además de pedir un test de COVID-19 negativo, el Gobierno británico analiza instalar un sistema con reconocimiento facial y GPS para vigilar a los viajeros.

A partir de hoy, Reino Unido impone nuevas normativas con el objetivo de disminuir la propagación del coronavirus, como por ejemplo la presentación de un test negativo de COVID-19, además de una cuarentena de 10 días. Sin embargo, en las últimas horas se deslizó la posibilidad de que el gobierno británico le pida a los viajeros que queden aislados en los hoteles: los gastos correrían a su cuenta y deberían utilizar el GPS y las tecnologías de reconocimiento facial para garantizar que están respetando la cuarentena.

De esta forma, el gabinete de Gobierno encabezado por el primer ministro británico, Boris Johnson, implementaría un sistema de "aislamiento directo" como el de Nueva Zelanda y Australia, en el que los turistas deben costearse una cuarentena de dos semanas en un hotel específico al que son trasladados desde el aeropuerto.

"Hemos considerado todas las posibilidades. La prioridad del Poder Ejecutivo es tomar medidas de precaución para evitar que nuevas variantes del SARS-CoV-2 pongan en riesgo la efectividad del plan de vacunación que se puso en marcha", declaró Dominic Raab, ministro de Exteriores.

"Estamos actuando ante las nuevas variantes. Expertos en todo el mundo las están estudiando y todavía no sabemos si pueden agregar más presión a nuestro sistema sanitario, si pueden tener un impacto en la mortalidad o si pueden poner en riesgo las vacunas", agregó en una entrevista con Sky News.

Es importante remarcar que a partir de hoy quedaron suspendidos todos los corredores aéreos seguros que el Reino Unido había establecido, por lo tanto, todos los viajeros internacionales que lleguen al territorio británico a partir de hoy a este país deberán presentar un test negativo de COVID-19, realizado en un plazo de 72 horas antes del viaje, y cumplir además con la cuarentena de diez días, o cinco para quienes puedan pagar una prueba privada.