El país europeo estuvo muy lejos de las expectativas generadas en junio, cuando comenzó la temporada estival. Tan sólo arribaron 6.250.000 visitantes extranjeros. 

Tras el final de la primera ola de contagios, España registró una abrupta caída de su curva epidemiológica, justo cuando el verano golpeaba la puerta de entrada. Fue entonces que el Gobierno de ese país decidió habilitar muchas actividades y retomar un cierto grado de normalidad. Allí estuvo incluida también la industria turística. Sin embargo, pese a las esperanzas de que los largos meses de cuarentena impulsarían a la gente a viajar, la temporada fue un rotundo fracaso.

Según un reporte publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que cumple unas funciones similares a las del INDEC en Argentina, entre junio y septiembre sólo arribaron 6.250.000 visitantes extranjeros. Suelta y sin contexto, la cifra no dice nada, pero adquiere mucho sentido si se la compara con los resultados obtenidos en el mismo trimestre de 2019, cuando llegaron a territorio español alrededor de 37.000.000 de personas. Es decir, la caída en el mercado receptivo fue cercana al 83%.

En el acumulado de los primeros nueve meses del año, el país europeo recibió 17.000.000 de turistas contra los más de 83.000.000 contabilizados en 2019. Además, el gasto de los pasajeros se retrajo un 86% durante la pandemia, y en lo que va de 2020 ya lleva una disminución del 75%. En ese marco, se estima que las pérdidas rondan los 55.800 millones de euros.

Tras la reapertura, en julio y agosto el turismo internacional cayó un 70%, pero la situación se agravó en septiembre, cuando la variación interanual fue de 87%. La explicación a este fenómeno se puede encontrar en las recomendaciones expedidas a mediados de agosto por parte de los Gobiernos de Alemania y del Reino Unido para que sus ciudadanos no viajen a España por el aumento de los contagios.

"No podemos hablar de una temporada de verano como tal, simplemente tuvimos unas semanas de actividad desde mediados de junio", dijeron desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca. Además, en el sector ahora miran con escepticismo de cara a Navidad, ya que creen que las nuevas restricciones no los dejarán recuperar ni un poco del mercado perdido durante la temporada alta.