Las entidades que nuclean a las aerolíneas y aeropuertos del mundo difundieron los protocolos sanitarios para impulsar el regreso de la actividad. 

Más allá de los protocolos sanitarios que están implementado todas las aerolíneas por separado, es necesario que las entidades de alcance mundial del sector aerocomercial unifiquen criterios en un documento concreto para que los gobiernos puedan evaluar si es viable habilitar el regreso de la aviación. Eso es exactamente lo que ocurrió en el inicio de esta semana, ya que IATA y ACI-LAC, en representación de las líneas aéreas y aeropuertos, confeccionaron la guía "Reinicio seguro de la aviación", con una serie de medidas por capas para cada instancia del viaje. El objetivo, por supuesto, es "reducir al mínimo el riesgo de transmisión del COVID-19 en las terminales aéreas y a bordo de las aeronaves, y evitar que la industria se convierta en un vector de reinfección internacional".

Si bien en las conclusiones del texto aclararon que "no existe medida que pueda mitigar todos los riesgos de restablecer los viajes por vía aérea", sostuvieron que la puesta en marcha de un enfoque basado en resultados y en capas representa el modo más efectivo de balancear la reducción del peligro de contagio con la necesidad de desbloquear a las economías y permitir los viajes en el corto plazo.

Entre las determinaciones propuestas se encuentran las cuestiones obvias, como el distanciamiento social en todas las instancias, uso de equipamiento de protección personal (tapabocas), medición de la temperatura al entrar y salir de los aeropuertos, y fortalecimiento de los esfuerzos en tareas de limpieza y desinfección. Sin embargo, aporta otras recomendaciones interesantes, entre las que se encuentran la utilización de tests de COVID-19 y la implementación de pasaportes de inmunidad para pacientes recuperados. También aconseja que cada pasajero despache la valija por sí mismo y que los gobiernos agilicen los tiempos de espera en migraciones a través de medios electrónicos, como aplicaciones y códigos QR.

En cuanto a la seguridad sanitaria a bordo de los aviones, ambas entidades coincidieron en que no es necesario el distanciamiento social, por lo cual rechazaron la idea de liberar un espacio entre cada persona. "Basado en información que analizamos, las posibilidades de transmisión de COVID-19 de un pasajero a otro son muy bajas. Una de las posibles razones es que se sientan mirando hacia adelante y no uno frente a otro. De esta manera, la fila de asientos también funciona como una barrera. El uso de filtros HEPA y los movimientos limitados una vez que los pasajeros se sientan se agregan a los elementos de protección a bordo", explicaron en la presentación.

Las medidas fueron apoyadas por la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) y compartidas con OACI.