El gobernador anunció la cuarentena total. La circulación en las calles disminuyó considerablemente y piden a los turistas que abandonen la provincia.

Tierra del Fuego se convirtió ayer en la primera provincia argentina en detener todo tipo de actividad pública y privada, en pos de intentar frenar la expansión del coronavirus. El gobernador Gustavo Melella dio a conocer el decreto 468, a partir del cual se creó un protocolo de cuarentena reglamentado por un Comité Operativo de Emergencia.

La provincia había sido mirada de reojo el miércoles pasado, cuando un crucero con más de 1.000 turistas chinos atracó en el puerto de Ushuaia durante ocho horas, encendiendo las alarmas de la población local. En ese contexto, la preocupación en torno al COVID-19 derivó en la suspensión de actividades industriales, comerciales y recreativas, además de la prohibición a los habitantes de salir de sus casas, salvo en casos de extrema necesidad.

Por otro lado, las actividades turísticas cesaron desde el día de hoy y le informaron a los viajeros que los establecimientos hoteleros van a cerrar pronto. Desde las agencias de viajes ya no toman pasajeros nuevos y los que ya se encuentran en la provincia son trasladados hacia el aeropuerto, donde el clima es más tenso, producto de las cancelaciones por parte de las compañías aéreas.

Desde la Asociación de Agencias Fueguinas de Viajes y Turismo (AAFUVYT), le contaron a Mensajero que "los pasajeros, obviamente, se quejan, pero entienden que la situación es esta. Como en toda crisis, la gente se pone mal, y en el aeropuerto es peor porque están todos amontonados y se potencia, pero no hay otra opción".

"No depende tanto de nosotros, pero esperamos que se solucione pronto porque sería un grave problema para nosotros. Quizás, empresas grandes lo puedan mantener un poco más en el tiempo, pero el problema son las más chicas, que son las que se van a ver afectadas en el corto plazo", agregaron.