Pasaron las elecciones nacionales en el país. Se va definiendo el nuevo Gabinete y Turismo sigue esperando que se tomen determinaciones.

Llama poderosamente la atención que no se lo nombre en ninguna de las posibles estructuras gubernamentales. No aparece ni como Agencia, Secretaría, y menos que menos como Ministerio, y en el mientras tanto los integrantes del sector sólo se limitan a sembrar una catarata de rumores con “posibles candidatos” para ocupar el sillón de Suipacha 1111.

No deberíamos sorprendernos acerca de esta indefinición porque haciendo un análisis en retrospectiva podemos ver que Turismo raramente ha sido vista como una actividad económica a la que se le debería prestar más atención. Nadie debería ignorar que en nuestro país ocupa desde hace un largo tiempo el cuarto puesto como generador de divisas, y que en la Argentina de 2019 se ubicó detrás de las oleaginosas, los cereales y la industria automotriz. Debería reconocerse que Turismo aporta más de 1.100.000 puestos de trabajo directo en todos los rincones del país, pero que a su vez derrama su riqueza transversalmente, tal vez como no lo puede hacer ninguna otra de las actividades económicas consideradas fundamentales para el desarrollo de la sociedad.

Tampoco nos sorprende que no se hayan escuchado voces desde el sector privado porque el silencio es un común denominador desde hace ya mucho tiempo. Son escasas las veces en las que surgen reclamos que trascienden las gacetillas que sólo reproducen los medios especializados. Tal vez por la propia inercia de las cámaras empresarias, por su accionar histórico o porque la sociedad no ha madurado lo suficiente como para comprender el valor que tiene el Turismo en cuanto motor de desarrollo, generación de empleos y de divisas.

La pregunta eterna es ¿Qué fue primero el huevo o la gallina? Y si hablamos de la actividad que nos preocupa qué debería ser primero ¿la creación de las condiciones necesarias para que se instale como Política de Estado y en consecuencia el ciudadano de la calle comprenda al Turismo con otra mirada o son las entidades y asociaciones de empresarios las que deben hacer trascender su valioso aporte a la economía del país para que el Estado las tome con la seriedad que se merecen?