Fabricio Di Giambattista ex titular de FAEVYT y director en Columbia Viajes, dio su opinión acerca de las medidas económicas como consecuencia del cambio de Gobierno.

¿Cómo creés que van a afectar al turismo las nuevas medidas del Banco Central?
Seguramente habrá que esperar el transcurso de estos meses. Creo que es muy apresurado dar un diagnóstico sobre las medidas en un corto plazo. Hay que ver cómo evoluciona. En principio, no sería nada novedoso, ya que esto lo hemos tenido. Habrá que ver cómo prospera esta nueva modalidad de tratar de proteger las reservas. Siempre se habla de cómo salen las divisas y nunca mejoramos las posibilidades de ingreso. Estas medidas, por lo que entiendo, son transitorias hasta que se definan a partir del 10 de diciembre nuevas cuestiones sobre cómo trabajar el tema.

¿Cuáles serían, para vos, los pasos a seguir para que la economía se pueda estabilizar en el rubro?

Es que nosotros estamos de anormalidad en anormalidad. Mientras el flujo de las posibilidades de acceso por parte de la gente para comprar servicios esté estable y las empresas puedan seguir transfiriendo con normalidad, no va a sufrir mayores modificaciones. Habrá que ver cuáles son las medidas que se dicten de acá en adelante. La verdad es que más que la actividad, nosotros necesitamos tener una economía mucho más estable que lo que hemos tenido en este último año, en el que habrá que tener un contexto menos inflacionario, unas posibilidades de que el dólar no sea tan volátil, y a partir de que eso se vaya regularizando, la actividad podrá ser más normal.

¿Creés que son medidas que van a tardar en llevarse a cabo o que habrá mejoras en el corto plazo?

Considero que son medidas transitorias. En tanto y en cuanto no interfiera en la economía general, creo que no va a haber problemas. Seguramente se trabajará en un paquete de medidas en las que, a partir del 10 de diciembre, esperemos tener otra proyección hacia lo que viene. Lo que está claro es algo que se viene sosteniendo hace tiempo: que la presión tributaria es cada vez mayor y ahora este tipo de restricciones para la liquidación de divisas, las transferencias y las compras terminan siendo sistemas demasiado rebuscados con una carga fiscal que es desproporcionada para lo que genera.