“Nuestro objetivo básico es generar información, relevar datos, producir conocimientos para la toma de decisiones”, confiere Federico Esper, que desde noviembre está a cargo de la Dirección General de Inteligencia de Mercado y Observatorio del Ente Turismo de la Ciudad de Buenos Aires

El primer paso de Esper por la función pública fue en 2009, era el mismo cargo, pero con otra realidad. Con mucho por construir. “Todavía no estaba conceptualmente como un Observatorio, era más bien un área de estadísticas”, reconoce y cuenta que, durante los casi dos años que estuvo al frente, debieron darle forma a la idea. “En aquel momento fue un logro haber podido comenzar con eso”, agrega el profesional que trabajó más de seis años en la Organización Mundial del Turismo (OMT). 

-¿Con qué te encontraste a tu vuelta?

Con algo mucho más avanzado y consolidado, con procesos bien armados, y con el desafío potenciar toda esta nueva área de gestión de conocimiento. Por eso, trabajamos con equipo propio, también con otras áreas de gobierno, como el de Ciencias de la información, que antes era Ciudad Inteligente, y también con referentes internacionales expertos en este tema, como SEGITTUR, de España.

Relacionado a esto último, cabe destacar la puesta en marcha de un Sistema de Inteligencia Turística (SIT), que convertirá a Buenos Aires en la primera ciudad de América con desarrollo propio de una herramienta de Big Data (análisis de datos masivos a partir de plataformas digitales) aplicada al turismo. “El lanzamiento en sí es una llegada, pero también un punto de partida para un montón de actividades vinculadas”, concede Esper.  

Consolidado el proceso de recopilación, considera el funcionario, quien mejor aprovecha este tipo de iniciativas es el sector hotelero. “Si vos tenés un establecimiento de tres o cuatro estrellas, podés apuntar mejor tu promoción o desarrollar tu negocio en base a estas perspectivas”. 

De acuerdo a Esper, se trabaja a la par con la Secretaría de Turismo de la Nación, que “viene realizando un trabajo muy bueno, esquemático y riguroso. Igual, buscamos instalar procesos que esté más allá de cualquier vaivén económico”. En ese plano, la clave pasa por no sólo por analizar lo que está ocurriendo, sino por lo que está por pasar, como la conectividad aérea.  

Según el Ente de Turismo porteño, “en agosto llegaron a Buenos Aires 165 mil turistas internacionales por vía aérea (+8,6%), equiparando el mayor incremento interanual del año. Además, el crecimiento estuvo dado por la recuperación del turismo de Brasil (+14,6%), luego de cuatro meses de caída consecutiva, y los buenos desempeños de Europa (+14,1%), Chile (+13,1%) y Resto del Mundo (+10,9%)”.

Por otro lado, todos los mercados de turistas internacionales, con la excepción de Uruguay, cerraron en positivo los primeros ocho meses del año: en total arribaron 1,3 millones de turistas, 4% más que durante el mismo período del 2017. Entre enero y agosto, las pernoctaciones ascendieron a 12,3 millones (+6%). “Para la Ciudad de Buenos Aires, turismo es una de las principales actividades económicas que, como pasa en la mayoría de los destinos, genera empleo, recursos e ingresos económicos”, asume Esper y completa: “El turismo internacional crece de manera ininterrumpida desde hace dos años”.

Para Esper, que un mercado como el chileno haya crecido se debe a las variaciones en el tipo de cambio, que tiene un efecto inmediato o de corto plazo en los países vecinos. En el caso de los mercados lejanos (China y Australia, principalmente), el impacto lo genera el aumento de la conectividad. 

Con respecto al segmento nacional, las cifras del Ente no son igual de alentadoras: “En agosto se alojaron en hoteles de Buenos Aires 229 mil turistas nacionales (-8,1% )”. De esta manera, informan, ya son cinco los meses consecutivos en baja, lo que estaría relacionado a la merma del poder adquisitivo de los salarios. Este presente se contrapone al año pasado, que fue récord de turistas nacionales hospedados en hoteles. Pero ahí, sostiene Esper, juegan otras variables, más relacionados a la situación global del país y los índices de precios. “Este año está más en una meseta”, señala. 

Con un máster en Dirección y Gestión Turística (Alicante, España), otro en Gestión Cultural (Madrid, España) y una licenciatura en Demografía y Turismo (U. Kennedy), ¿por qué elegís la función pública?

Me parece que es un medio para poder contribuir realmente a que el turismo ayude a cambiar la vida de la gente. Intentamos que vengan más turistas y que queden más tiempo y gasten más dinero. El fin último, o parte, es que eso tenga una consecuencia directa en la persona que vive o que trabaja acá. La forma de generar políticas, acciones o estrategia para que eso suceda, es desde la gestión pública.