Una experiencia intercultural para la conservación del bosque de arrayanes. Durante el fin de semana, la Administración de Parques Nacionales acompañó la iniciativa del pueblo mapuche de realizar una ceremonia con el objetivo de pedir a los ñen (guardianes de la naturaleza), por la salud del bosque de arrayanes.

Profesionales del CONICET y Universidades locales también están interviniendo en la búsqueda de soluciones.
El año pasado, se registró un cambio de color en la corteza de ciertos arrayanes ubicados en la Península de Quetrihué, dentro del Parque Nacional Los Arrayanes. Desde ese momento, comenzó un trabajo constante de registro del fenómeno y se dio inicio a diversas acciones para trabajar en los posibles abordajes de manejo para mejorar las condiciones de los arrayanes afectados. De estas iniciativas participaron las áreas técnicas del Parque Nacional Nahuel Huapi, investigadores del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INBIOMA), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), profesionales de la Universidad Nacional del Comahue, de la Universidad Nacional de Río Negro y referentes del pueblo mapuche en el marco del área de Comanejo del Parque.
El enfoque intercultural en el abordaje de la problemática que existe hoy en el Parque Nacional Los Arrayanes y el Parque Nacional Nahuel Huapi derivó en que los representantes mapuche que integran el Área de Comanejo del Parque Nacional Nahuel Huapi convocaran a una ceremonia que se llevó a cabo durante la salida del sol del pasado domingo, con el objetivo de ofrecerle al bosque de arrayanes diversas preparaciones y elementos para restablecer la energía perdida. De dicha ceremonia participó el personal del Parque Nacional Nahuel Huapi, incluyendo a su intendente, Gpque. Damián Mujica, investigadores del CONICET y otras instituciones locales.
Las autoridades filosóficas mapuches destacaron que el encuentro, que convocó a más de 80 personas, tuvo características “históricas y fundacionales” por ser la primera vez que se erige un Rehue (rewe, en mapudungun, significa “lugar puro”) en la Península de Quetrihué. “Ese era el camino indicado para seguir trabajando en conjunto con el área de Comanejo del Parque Nacional Nahuel Huapi”, afirmaron. Y agregaron que “muchas veces surgen diferencias, y seguirán surgiendo, pero este es un ejemplo que demuestra que las tareas en conjunto pueden llegar a concretarse sin impedimentos y con resultados esperados por ambas partes”.
Esta iniciativa surgió a partir del taller “Compartiendo Miradas sobre el estado del bosque de arrayanes” que se realizó el pasado 27 de septiembre, bajo la coordinación del Departamento de Conservación y Educación Ambiental y el Área Intercultural de Comanejo del Parque Nacional Nahuel Huapi. En esta oportunidad, además de los investigadores y técnicos nombrados anteriormente, participaron autoridades filosóficas del pueblo mapuche y técnicos de la Delegación Regional Patagonia de Parques Nacionales para compartir diversas miradas sobre el estado actual del bosque y organizar acciones de trabajo que lleven a concluir cuáles son las causas posibles de esta anomalía en algunos ejemplares de arrayanes. A partir de este taller se establecieron los pasos a seguir por cada sector para abordar la problemática.

Causas del decaimiento forestal
El 15 de octubre se realizó una evaluación del terreno en la que participaron los expertos del INBIOMA, la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Río Negro, técnicos de la Delegación Regional Patagonia de Parques Nacionales y del Parque Nacional Nahuel Huapi. Luego de esta salida, se enumeraron las posibles causas de la enfermedad de los arrayanes. La primera de ellas es la senescencia de cohorte, es decir, vejez de los ejemplares. Otra de ellas es el estrés hídrico y térmico, ya que durante los últimos veranos se han registrado temperaturas particularmente elevadas y escasa precipitación.  A su vez, la caída de arena y ceniza volcánica a partir de la erupción del Cordón Caulle en junio de 2011 podría haber agravado el estrés hídrico mencionado. Se han registrado ataques de patógenos e insectos, aunque esto no explicaría la enfermedad masiva y más que causa, se puede suponer que se trata de una consecuencia del debilitamiento de los ejemplares. El último factor posible es la competencia por nutrientes generada a partir de la presencia de ejemplares jóvenes, pero lo síntomas de esto son muy distintos a los que se observan actualmente. Cabe aclarar que el estado actual de deterioro que presentan los arrayanes podría deberse a un conjunto de causas y no a una sola.  Por lo tanto, los estudios aún no han arrojado resultados conclusivos, razón por la cual se continúa trabajando en el estudio de los ejemplares enfermos.

Próximos pasos
En función de todos los encuentros que se realizaron, se prevé que los profesionales de la Administración de Parques Nacionales realicen un diseño de monitoreo para evaluar la evolución a corto, mediano y largo plazo, tomando las decisiones de manejo necesarias en relación al bosque de arrayanes, teniendo en consideración su valor de conservación y sus significancias sociales, culturales y económicas.  
Por ello se tendrá en cuenta el abordaje intercultural a la problemática, siendo las comunidades mapuche un actor importante en el nuevo proceso de gestión del bosque de arrayanes. Además, los investigadores del INIBIOMA, dependiente del CONICET, desarrollarán líneas de investigación para profundizar sobre las causas y diversas soluciones.
En todas las líneas de trabajo que se vayan a trazar se tendrá en cuenta el abordaje de la problemática desde los dos conocimientos, siendo el área de Comanejo del Parque Nacional Nahuel Huapi un actor fundamental en la búsqueda de soluciones.

Fuente: informe realizado por el Departamento de Conservación y Educación Ambiental, Unidad de Gestión Descentralizada Zona Norte, Parque Nacional Nahuel Huapi, Administración de Pa