A pocos días de las elecciones legislativas nos parece prudente tomarnos unos instantes para hacer un análisis que nos permita ver con un poco más de claridad cuál va a ser el futuro del país, y por consiguiente de la industria turística, que nos compete.
Argentina es un país lleno de contradicciones, y lo demuestra permanentemente con actitudes que desorientan hasta al más baqueano.
Esta situación hace que frente a las próximas elecciones la mejor estrategia de campaña elegida sabiamente por todos los partidos políticos y sus dirigentes sea la desinformación.
Las encuestas dan por cierto que un número muy importante de la población habilitada para votar no sabe qué se vota el 28 de junio.
Los partidos políticos han hecho campañas, que para el ojo desprevenido, muestran a sus candidatos como el único camino posible a la salvación colectiva.
Los candidatos luchan por un espacio de poder peleándose entre sí aunque pertenezcan al mismo partido.
Hoy la polémica por el futuro de Aerolíneas Argentinas se ha metido de lleno en el último tramo de la campaña electoral, pero es sólo un botón de muestra de las contradicciones que nos dominan.
La oposición cuestiona la reestatización y todo lo que ello implique.
El oficialismo se defiende argumentando que la operación es parte de la necesidad de recuperar el patrimonio nacional liquidado durante la gestión Menem.
Lo concreto es que tanto desafío dialéctico pone en evidencia que el futuro de la línea aérea de bandera es por lo menos incierto, y con ello también el futuro de nuestra industria turística.
El problema no es si la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral es un acierto o un error, el problema es que nuestro país no posee un modelo que le dé continuidad a las decisiones que toma un gobierno con relación a la gestión del gobierno que lo precedió.
Así, la administración Menem cuestionó a la de Alfonsín, la de De la Rúa a la de Menem, la de Kirchner a las de Menem y De la Rúa y los que vendrán cuestionarán a los Kirchner y decidirán que debemos empezar de nuevo una vez más.
La falta de una política aérea en nuestro país pone en riesgo las muchas inversiones que se han realizado en el interior, las cuales no son sostenibles si no poseen una conectividad aérea seria y desarrollada a largo plazo.
Aerolíneas Argentinas puede formar parte, o no, de esa política, pero es la falta de una política aerocomercial la que permite que hoy también sea tema de campaña.

Manuel Sierra
msierra@mensajeroweb.com.ar