Este edificio de estilo florentino, inaugurado en 1912, se mantuvo cerrado durante los últimos 40 años hasta que en el 2006 se decidió restaurarlo completamente con el fin de preservar un icono de la arquitectura enológica mendocina, convertido hoy en “modelo histórico de bodegas del Siglo XX”. Su diseño combina tradición y tecnología de vanguardia, dando testimonio de un gran respeto y dedicación al vino que pone en valor cada detalle de la construcción original.
Abierta al turista, la nueva bodega cuenta con visitas guiadas (solo con reserva previa),  degustación de productos y recorrido por sus viñedos tratados bajo las técnicas de la biodinámica, una práctica ecológica y biológica orientada a defender la naturaleza en busca del equilibrio del ecosistema y la biodiversidad.
Con Trapiche Tributo se concreta un homenaje a todos aquellos protagonistas de la historia vitivinícola argentina, un sitio que promete convertirse en uno de los atractivos más importantes de Mendoza durante la próxima vendimia.
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