Mientras de este lado del planeta comienzan a elevarse las temperaturas y los destinos de playa toman el protagonismo de siempre, a las tierras del norte llega el invierno y todas las maneras de disfrutar de la nieve.
En este caso, la República Checa presenta sus diferentes formas de vivirlo: pendientes de diferentes niveles de dificultad, snowparks, pistas de bob o paseos en trineo. Además se están presentando las nuevas instalaciones en las montañas checas y moravas con mejor calidad de pistas, nuevos teleféricos y una amplía oferta de actividades para realizar.
La zona de esquí de mayor extensión de la República Checa se extiende en el límite de los Krkonose occidentales y los montes de Jizerské hory. Las estaciones de esquí de Harrachov, Rokytnice nad Jizerou, Paseky nad Jizerou, Rejdice y Príchovice ofrecen conjuntamente 6 teleféricos, 36 telesquís, 40,5 kilómetros de pistas de esquí alpino y 200 kilómetros de pistas de esquí de fondo.
La estación de esquí de Harrachov con una serie de pistas, tanto de esquí alpino como de fondo cuenta con trampolines de salto donde se dan cita numerosos saltadores de elite durante competiciones de la Copa Mundial. Para los esquiadores de fondo la República Checa es una potencia mundial en rutas de largo recorrido. Todos los senderos están perfectamente señalizados y balizados. Los montes de Krkonose ofrecen durante la temporada más de 550 kilómetros de pistas de esquí de fondo señalizadas.
Además el destino ofrece la posibilidad de combinar deportes de invierno con un descanso en sus estaciones termales. En las cercanías de los montes de Krusné hory se encuentran las más conocidas: Karlovy Vary, Mariánské Lázne y Franti