El 2008 está llegando a su fin, y no sólo el calendario se ha encarga de demostrarlo, sino también, por estas latitudes, el incipiente calor. Muchos (por no decir todos) ya piensan en sus vacaciones, y algunos, además, avizoran en el horizonte la época de las fiestas. Para los que desean combinar ambas experiencias, no caben dudas que Canadá es un lugar casi único para pasar la Navidad. Eso sí: no hay que olvidarse el abrigo, porque allí, por estos días, de calor ni se habla.
Canadá tiene una especial magia para quien llega desde este otro extremo del continente, y como antípodas de un mismo territorio continental, podría decirse que hay más similitudes que diferencias. En Ontario, una de las provincias de ese vasto territorio, se encuentra una de las más lindas y cosmopolitas ciudades de América del Norte, Toronto, la capital del estado, que tiene un poco más de 200 años de historia y que hoy en día figura entre los lugares con mejor calidad de vida en el mundo.
El verano explota en actividades al aire libre, sobre todo en el área de Harbour Front, pero el crudo invierno invita a descubrir la llamada “ciudad subterránea” -la famosa red de pasillos que corren por todo el centro de Toronto, desde la Central Ferroviaria en Union Station hasta Yorkville-, que le permiten al habitante de la ciudad hacer sus compras, cortarse el pelo, comer en restaurantes, visitar bancos o terminales electrónicas, entre otras cosas, sin salir un momento a la calle. Es como circular todo el día por un gigante shopping. Sin embargo, nadie duda de que los días navideños deben ser vividos en la superficie.

Una ciudad encendida
Este año, el abeto plateado que recibió las luces y adornos navideños es un árbol de 68 años de edad y de 18 metros de alto, que se convierte en el centro de los festejos, al igual que el “Cavalcade of Lights” -Cabalgata de Luces-. Esto último consiste en un festival producido por la ciudad de Toronto a lo largo de 20 barrios -cuyo sponsor principal es el Scotiabank- a través de adornos hechos con luces en base a figuras y conceptos navideños, como árboles, Papás Noeles, trineos y estrellas, entre otros. Además, hay espectáculos con fuegos artificiales. Desde el 29 de noviembre y hasta el 31 de diciembre, un bus turístico realiza una recorrida guiada por los sitios más emblemáticos, lo que permite disfrutar plenamente de la puesta en escena. En ese contexto, los guías no sólo cuentan interesantes historias, sino que además se encargan de explicar, por ejemplo, que las bombitas utilizadas para decorar Toronto son de bajo consumo.
Asimismo, la pista de patinaje sobre hielo que se arma en la Nathan Phillips Square permanece abierta desde las 10:00 hasta las 22:00. Durante los sábados de diciembre, suele contar con un espectáculo de música y