Para la Cámara Argentina de Turismo la renovación de sus estatutos es una prioridad largamente postergada.
Los usos y costumbres dejaron al descubierto una serie de falencias estructurales y conceptuales, que no se ajustan al desarrollo que ha adquirido el sector turístico en nuestro país y en el mundo, a pesar de estar ya bien entrados en el siglo XXI.
La falta de consenso, originada en las distintas miradas que los dirigentes tienen sobre un mismo hecho turístico, les ha impedido ver a la actividad como un todo, provocando la fragmentación del discurso en tantas partes como instituciones o socios activos integran la Cámara.
No obstante esto, históricamente, agentes de viajes y hoteleros se han prestado mutuamente el sillón presidencial de la institución, dejando de lado la búsqueda de caminos alternativos que hagan del negocio turístico una alternativa económica para todo el país.
La Cámara Argentina de Turismo debe ser el ente que discuta de igual a igual con los funcionarios de gobierno, aportando ideas, haciendo lobby para alcanzar objetivos y debatiendo aquellas medidas que comprometan la sustentabilidad del sector, como políticas impositivas, aumentos salariales, y hasta desarrollos de nuevos centros turísticos.
Para eso se debe contar con una Cámara Argentina de Turismo fortalecida, no sólo por el peso económico de sus socios, sino también por ideas que le permitan acompañar el destino turístico del país, y ser protagonista de los cambios, no simples partenaires.   
La Cámara Argentina de Turismo y el país necesitan que dirigentes y empresarios se transformen en motores del cambio, pero para ello deberán asumir su responsabilidad y empezar por casa.

Manuel Sierra
msierra@mensajeroweb.com.ar