Luego de las medidas aprobadas por el parlamento europeo, las aerolíneas están cada vez más constreñidas a cumplir con una serie de disposiciones tendientes a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre las directivas sugeridas por los europarlamentarios se encuentra la reducción de la velocidad de los vuelos, la utilización de biocombustibles, la modernización de las flotas, la planificación de rutas aéreas más cortas e incluso la limitación del tamaño y proporción de los servicios de catering. Según declaraciones efectuadas a medios españoles por Felipe Navío, presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), “la reducción de velocidad no conlleva riesgos de seguridad y a veces ni tan siquiera se aumentan los tiempos de vuelo, siempre y cuando los aeropuertos faciliten las operaciones de despegue y aterrizaje y las autoridades mejoren el control y tráfico aéreo”. Por otro lado, en febrero pasado se presentó el proyecto “Clean Sky” –que tendrá inversiones por 1.700 millones de euros- destinadas que el sector privado desarrolle iniciativas tendientes al cuidado del medio ambiente. En el proyecto se encuentran involucradas 54 industrias, incluyendo 20 pymes, 15 centros de investigación y 17 universidades de todo el continente. Con las iniciativas anunciadas, la UE espera que reducir en 16 millones de toneladas de CO2 la