Hace dos semanas, las expectativas del Aeropuerto Internacional de Beijing rondaban los 260 mil pasajeros diarios –según informó la Aministración de Aviación Civil de China- con 1.500 vuelos programados para estos días. A principios de este año, la terminal ‘3’ de este aeropuerto se convirtió en la más grande del mundo, pero hoy por hoy las acciones se vuelcan a incrementar y multiplicar las medidas de seguridad, debido a las posibilidades de atentados que amenazan a turistas y atletas.
Esta ha sido una de las causas por las cuales en junio arribaron a la sede de los Juegos Olímpicos un 19,5 por ciento menos de turistas en relación con el mismo período del año anterior. Otra de las razones han sido los altísimos precios, que han provocado que los hoteles y departamentos particulares que han sido puestos en alquiler para los turistas no hayan alcanzado todavía plena ocupación, con la consecuente caída de las tarifas.
En lo referente a hotelería, hace diez días los establecimientos de Beijing registraban una ocupación de alrededor del 45 por ciento en la categoría cuatro estrellas, y del 78 por ciento en la de cinco. Los recientes disturbios provenientes del Tíbet y el terremoto ocurrido durante mayo pasado tuvieron un efecto negativo en la confianza de los turistas para viajar al país, además de las dificultades en la tramitación de la visa para ingresar a China.

Buscar la confianza perdida
Para garantizar la seguridad de los Juegos, el gobierno chino ha desplegado cerca de 34 mil soldados, 121 aviones y helicópteros y 33 barcos que patrullarán constantemente el territorio. Estas despliegue en pos de la seguridad se propone crear un clima  de confianza y  así incentivar la llegada de turistas.
Sin embargo, esta medida ha provocado gran controversia, porque si bien está destinada a proteger a aquellos que asisten y compiten en este certamen, por otro lado promueve engorrosos y reiterados procedimientos de chequeo para los visitantes.
Más allá de las complejas medidas de seguridad, el gobierno chino sigue promoviendo cerca de 300 destinos turísticos, entre los que se encuentran la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida y el Templo del Cielo –construido en 1420 por la dinastía Ming.
El gobierno chino espera recibir durante la temporada de los Juegos –que se realizarán del 8 al 24 de agosto- alrededor de 500 mil visitantes extranjeros y 2.250.000 chinos.


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