Los agentes de viajes norteamericanos han dado un importante paso en busca de la recategorización de la profesión.
Su libre albedrio les ha dado la posibilidad de medir fuerzas por primera vez con las aerolíneas del gran país del norte y dejar bien asentado que los agentes de viajes también tienen derechos en esto de comercializar pasajes aéreos y recorridos de cruceros.
Los agentes de viajes representados por ASTA –American Society of Travel Agent- denunciaron los problemas que ocasiona el incremento de las tarifas por cargos adicionales en la venta de pasajes aéreos y cruceros relacionados con el precio del combustible. Para ello recurrieron a Harry Reid, el líder de la mayoría en el Senado, logrando que sus reclamos formen parte del proyecto de ley ‘Stop Excessive Speculation’ que ingresó en el Congreso con el objeto de limitar el comercio especulativo y sus abusos.
Muchas veces hemos hablado de la necesidad de hacer lobby para alcanzar fines determinados, intentando equiparar a la actividad turística con otras actividades económicas que sí lo realizan y con muy buenos resultados para sus representados.
Buscando ejercitar la neurona y tratando de recordar con amigos el tiempo que ya pasó, los muy memoriosos nos cuentan que allá por 1990, bajo la presidencia de Pedro Bachrach en AAAVYT se hizo la única gestión de lobby en el Congreso Nacional para evitar que el transporte sea alcanzado por el Impuesto al Valor Agregado, logrando la exención.
Después de esa vez, todo estuvo supeditado al buen accionar del Secretario de Turismo de turno, que de acuerdo a su buen humor y lazos de amistad con el sector, actuaba como referente ante el legislativo, pero siempre sin comprometerse demasiado.
Sólo el actual Secretario Meyer, y mal que le pese a muchos amigos, se animó a discutir una Ley de Turismo en el Congreso y a poner en blanco sobre negro los demasiados grises que le restaban seriedad y formalidad a la actividad.
El mundo moderno exige dirigentes modernos, que sepan codearse con el poder y sacarle el mayor provecho para sus representados.
Hoy son los agentes de viajes, mañana serán los hoteleros y pasado los prestadores de servicio. En un futuro no muy lejano, la industria turística en su conjunto deberá actuar sin egoísmos para alcanzar una representatividad madura que les permita ocupar el espacio político que sus números indican.


Manuel Sierra
msierra@men