Finalizado el conflicto entre la administración de Cristina Fernández de Kirchner, su esposo Néstor y los dirigentes del campo, el país pareció respirar aliviado y, de a poco, fue retomando el ritmo económico que había perdido.
Los mercados se tranquilizaron, el Banco Central dejó de vender divisas para pasar nuevamente a su rol de comprador y doña Rosa decidió que podía volver a pensar en sus merecidas vacaciones.
Sin embargo, tanto entusiasmo casi se transforma en decepción cuando el jefe de gabinete, Alberto Fernández, decidió abandonar el barco kirchnerista.
A pesar de ello, de a poco, los centros vacacionales comienzan a recuperar reservas caídas y tanto funcionarios como empresarios empiezan a ver una luz al final del camino que les indica que no será una buena temporada, pero tampoco tan mala como ellos mismos lo habían presagiado meses atrás.
La crisis del campo –como se la recordará cuando hablemos de 2008- ha producido mucha incertidumbre en el pasajero autóctono y, superados los puntos más álgidos del conflicto, de a poco empieza a cobrar forma la idea de recuperar fuerzas con el debido descanso de mitad de año.
Las dudas que empiezan a aparecer son si alcanzará la plata, si en el país o en el exterior, si cerca o lejos, si en avión, en micro o en auto, si nos quedamos en casa y esperamos un poco más…
En cualquier caso existe una clara intención de movilizarse que tanto empresarios como funcionarios no deben dejar pasar por alto.
Los próximos treinta días serán muy importantes en la toma de decisiones del ciudadano común y es necesario que no sólo la política de signos de tranquilidad, sino también que los empresarios y funcionarios de los centros vacacionales  muestren rápidamente que unos días de descanso son posibles.
Para ello tendrán que usar su imaginación aún hasta para hacer las cuentas de la temporada, ya que muchas fuentes de trabajo dependen de la llegada de esos turistas indecisos y es responsabilidad de todos seguir impulsando al turismo como eje de la recuperación económica que se venía dando en muchas provincias argentinas.
Por supuesto que la recuperación del campo producirá el primer efecto positivo sobre la actitud de la gente para disponer de su dinero, pero el turismo completará la rueda que pondrá en marcha las economías regionales y no sería conveniente que, una vez más, sólo nos sentáramos a ver qué pasa.

Manuel Sierra
msierra@mens