Luego de casi dos décadas de gestión privada, Aerolíneas Argentinas y Austral volverán a ser estatales, aunque podría haber, además, participación empresarial. Este lunes se iba a formalizar el acuerdo, con las firmas de De Vido, Pascual Arias y Díaz Ferrán.

“Hoy la Argentina ha comenzado el proceso de recuperación de su aerolínea de bandera”. La frase salió de la boca de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner el jueves pasado, en Resistencia, Chaco, donde se encontraba presentando las innovaciones en el aeropuerto de esa ciudad (ver página 11). Se refería al anuncio de re-estatización formulado horas antes en el ministerio de Economía por el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. El acuerdo alcanzado entre el Gobierno argentino y el Grupo Marsans supone la creación de un Consejo de Transición mixta, formado por cinco representantes (tres estatales y dos en nombre de los españoles), que funcionará por 60 días. El Consejo estará encabezado por el ex intendente de La Plata, Julio Alak, quien estará acompañado por Vilma Castillo -ya formaba parte del directorio de Aerolíneas-, y, probablemente, por un abogado especializado en derecho administrativo, según publicó el diario Clarín. Por otro lado, el director de Asuntos Públicos de AR y Austral, Jorge Molina, y Agustín Aranda, estarían por parte de Marsans. Para este lunes estaba previsto que el acuerdo fuera ratificado con las firmas del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y de los titulares de Marsans, Gonzalo Pascual Arias y Gerardo Díaz Ferrán.
Una vez concluido ese período de dos meses, el Estado Nacional recibirá el 94 por ciento de AR y el 97 por ciento de Austral, aunque en el acta acuerdo firmada por Jaime y por el delegado de Marsans, Vicente Muñoz, no dice si se le pagará o no al grupo ibérico. Sin embargo, se sabe que los españoles contratarán a una consultora privada para que realice la auditoría de cuentas y que el Gobierno solicitará un estudio al Tribunal de Tasaciones. En caso de que no haya consenso, se recurrirá a los servicios de otra consultora, que funcionará como tercera fuente.

Poniendo el hombro
La semana pasada, el Estado argentino aportó 54 millones de pesos para seguir garantizando la operatividad en los vuelos de las dos compañías aéreas. Unos días atrás, había puesto 16 millones con el mismo fin y 34 millones para pagar los sueldos atrasados de junio a los empleados. En otro de los fragmentos de su discurso, Cristina sostuvo: “Nos hubiera gustado que los empresarios hubieran podido llevar adelante a la compañía con eficacia y eficiencia, pero todos los argentinos hemos sufrido el deterioro de este servicio público”. Luego diría: “Hemos superado la etapa donde nos decían que el Estado no servía para nada. El Estado es fundamental para el control de los servicios públicos”. Así respaldó, sin manifestarlo explícitamente, el apoyo económico que hizo el Gobierno.

¿Sólo estatal?
Una de las dudas que resta disipar es cuán estatales serán Aerolíneas Argentinas y Austral. En los últimos meses viene sonando cada vez con menos fuerza el nombre de Juan Carlos López Mena, que a fines de abril había enviado una carta de intención en la que expresaba sus deseos de adquirir un 37 por ciento de AR. El dueño de Buquebús se perfilaba como el empresario que Marsans y el Gobierno estaban buscando para delegar acciones, pero su ingreso se fue dilatando. De todas formas, las palabras de Cristina y de Jaime alientan la hipótesis de que una parte de las dos compañías pueda llegar a ser privada: “Se va a hacer una muy pronta puesta en valor de la empresa para luego, con una licitación limpia, aportar capitales privados”, dijo la Presidenta. “Más adelante definiremos si llamamos a la venta de una parte del paquete accionarial por medio de una licitación nacional e internacional”, había comentado el secretario de Transporte.
Precisamente del reordenamiento de Aerolíneas y Austral habló el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) -uno de los gremios de AR-, Jorge Pérez Tamayo, quien al momento de responder a las preguntas de Mensajero Periódico Turístico reconoció estar “cansado, pero contento por la situación actual”. El jueves afirmó: “Hoy es un día histórico, estamos recuperando patrimonio nacional que nos robaron (sic) hace 18 años”. Contó, además, que Jaime los llamó (a los gremialistas) más de una vez para explicarles cómo iban avanzando las gestiones, y defendió a muerte al funcionario: “Si hay alguien a quien tengo que respetar es a él y a su accionar, porque nos llevó a esta posición de poder re-estatizar la empresa”. Como era de esperarse, Pérez Tamayo no dudó a la hora de disparar contra Marsans; esta vez dijo que “(sus directivos) siempre se caracterizaron por mentir”.
Por último, dejó de lado las diferencias de los gremios (hay tres -APA, UPSA y AAA, de azafatas, que apoyan la re-estatización absoluta, mientras que APTA anhela el ingreso de capitales privados y APLA se mantiene neutral) y se refirió a Ricardo Cirielli, ex subsecretario de Transporte Aerocomercial y secretario General de APTA: “Los dos tenemos un objetivo claro, que es garantizar la continuidad operativa de Aerolíneas. Luego se verá de qué manera se logra, si es estatizando por completo la compañía o con empresarios que se sumen después”.
Por su parte, una fuente de Aerolíneas Argentinas le dijo a este medio que “el clima es mejor que el de semanas atrás. En términos generales hay una serie de entendimientos entre las partes. Además, este es un problema (el económico) que tienen todas las compañías aéreas en el mundo”.


Un vuelto