Son 214 hectáreas o 128 manzanas de edificios y 18 de parques y plazas, pero esos números no hacen justicia a la riqueza de uno de los conjuntos coloniales más importantes de todo el continente americano. La Habana Vieja es un barrio de visita imprescindible para comprender las corrientes culturales y económicas que influenciaron el desarrollo de la isla, desde su descubrimiento hasta su independencia.
Para preservar este conjunto de construcciones, de gran valor artístico e histórico, se incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO al Centro Histórico de la antigua villa de San Cristóbal de La Habana Vieja, y su Sistema de Fortificaciones Coloniales, en el año 1982.
Es imposible describir en pocas líneas sus mil edificios y sitios de importancia, pero hay algunos de ellos que deben estar en el circuito de todo viajero con inquietudes.

Plaza de Armas
La que fuera la plaza original de la villa, ya en el siglo XVI era el corazón de la ciudad.
En el siglo XVIII, después de un período de decadencia, se remodeló al derribarse la Iglesia Parroquial Mayor y se construyeron en su entorno el Palacio de Correos y la Intendencia, más conocido como “Palacio del Segundo Cabo”, y el Palacio de los Capitanes Generales, los edificios públicos más relevantes de la época.
En 1834 se remodeló nuevamente y se le agregaron fuentes y áreas verdes. En su centro se colocó una estatua de Fernando VII que estuvo allí hasta 1955. En las primeras décadas del XIX, luego de diferentes cambios en el trazado de su terreno, se reconstruyó recuperando sus características originales. Sus funciones como espacio político y administrativo se prolongaron hasta mediados del siglo XX.
Desde 1955 la estatua del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes ocupa el pedestal donde se encontraba la de Fernando VII, y le da nombre a la plaza.
Bajo sus palmeras reales y en elegantes bancos de mármol se pueden pasar largos momentos de ocio observando la arquitectura de algunos de los bellos exponentes que la rodean. Por el oeste se distingue el Palacio de los Capitanes Generales, construido en 1776 y que fuera Palacio Presidencial entre 1902 y 1920.
En la esquina noreste se levanta el Castillo de la Real Fuerza, primera fortaleza construida en Cuba.
En el este se encuentra el Templete, un pequeño templo neoclásico construido en 1827 para commemorar la fundación de la ciudad y la celebración de la primera misa en 1519, y en el norte está el Palacio del Segundo Cabo, construido entre 1772 y 1776, sede del Congreso de 1902 a 1929.
Hoy la Plaza de Armas continúa siendo el corazón de la ciudad antigua.

Catedral de La Habana
La Catedral de La Habana fue construida por los jesuitas en el siglo XVII, y sufrió algunas reformas cuando se produjo la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767.
Al ser declarada Catedral en 1789 el obispo Díaz de Espada modificó el interior al estilo neoclásico, entonces símbolo del progreso.
La fachada es un perfecto ejemplo de adaptación arquitectónica al material disponible: ante las características de la piedra cubana, que impedían tallar las esculturas tan habituales de las iglesias barrocas, se optó por una decoración geométrica, con una serie de ornamentos en relieve donde predominan las líneas curvas.
En la Iglesia Catedral Metropolitana de La Habana descansaron los supuestos restos de Cristóbal Colón traídos de Santo Domingo en 1796, hasta 1898, cuando los trasladaron a España.
Una talla en madera que data de 1632 representa a San Cristóbal, patrono de la ciudad y protector de los viajeros.
Con motivo de la visita de Su Santidad Juan Pablo II el templo fue remodelado para devolverle el aspecto anterior a las reformas realizadas en 1950.
Dirección: Empedrado 158, e/ Mercaderes y San Ignacio.

Capitolio Nacional
Con sus líneas clásicas, la simetría de su fachada y la imponencia de su cúpula, el edificio que fuera diseñado para albergar al Congreso de la República en 1929, es hoy el segundo punto más alto de la ciudad de La Habana.
El pórtico Central está soportado por 6 columnas de granito y se llega después de subir los 55 escalones de la escalinata. Allí se destacan las 3 grandes puertas de bronce con bajorrelieves que relatan la historia de Cuba. Al cruzarlas se encuentra la cúpula, la quinta en el mundo entre las del Renacimiento, que por sus proporciones y su silueta recuerda la Basílica de San Pedro en Roma.
La Planta principal tiene 16 salones de estilo del Renacimiento Italiano y Español, con mármoles italianos, maderas preciosas, lámparas de bronce y grandes ventanales. Bajo la cúpula se encuentra la Estatua de la República, la tercera más alta bajo techo del mundo después del Buda de Oro de Japón y del Memorial de Lincoln en Washington.
Sobresale la cúpula de más de 90 metros de alto, visible desde los extremos de la ciudad. Al centro del edificio y debajo de la cúpula se instaló un brillante que marca el kilómetro 0 de las carreteras de Cuba.
Actualmente  en el edificio funcionan el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y el Instituto de Información Científica y Tecnológica.
Dirección: Paseo el Prado e/ Dragones y San Martín, La Habana Vieja

Teatro Martí
El Teatro Martí fue inaugurado en 1884 con el nombre de Irijoa, su constructor. En 1900 lo rebautizaron con el apellido del héroe de la Independencia José Martí, y al siguiente año quedó inscripto en la historia nacional al servir de sede a la Asamblea Constituyente encargada de redactar la primera Carta Magna para la república cubana.
Operetas, zarzuelas, compañías de bufos criollos y hasta el estreno en Cuba de la ópera “La Boheme”, de Giacomo Puccini, a todos los géneros del arte supo darles su lugar.
En el interior se destacan las columnas de hierro fundido, sus pisos de mármol, alfombras, cortinas, espejos y lunetas de hierro. La ventilación y la acústica eran excelentes, y a ello se sumaban adelantos tecnológicos como el que permitía, mecánicamente, colocar el piso de la platea al mismo nivel que el vestíbulo y el escenario para la realización de bailes y otras actividades. Contaba con camarines, vestuario y utilería, además de un restaurante, un café al aire libre y un jardín con esculturas y fuentes. Actualmente se encuentra en una compleja tarea de restauración para llevarlo a su antigua gloria.
Dirección: Dragones 58, e/ Zulueta y Prado.

Museo de la Revolucíon
Subiendo desde el mar, en un pequeño parque situado a la izquierda se conservan los restos de la antigua carcel de La Habana.Un poco mas arriba, entrando por la calle Refugio, se encuentra el antiguo Palacio Presidencial, que permanecio ocupado entre 1920 y 1960, y que en la actualidad alberga el Museo de la Revolucion, cuya visita resulta de interes para todo aquel que sienta curiosidad por la historia mas reciente de Cuba. Fotos, documentos, banderas, armas, objetos que exaltan la lucha revolucionaria contra la dictadura de Batista en un ambiente que, por su sacralizacion, excede los fines puramente museisticos e historicos.
En la plaza-jardín contigua se encuentra el Memorial Granma, donde se expone, entre vehículos y avionetas historicos de la lucha urbana y revolucionaria, el yate Granma, que sirvio para trasladar desde Mexico a Cuba a Fidel Castro, el Che Guevara y los demas expedicionarios que iniciarían desde Sierra Maestra la revolución