Los pilotos de Aerolíneas Argentinas y Austral no quedaron al margen de la disputa entre el Gobierno Nacional y el campo: el pasado miércoles 18 de junio, cuando estaba anunciado para las 15:00 el discurso de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, ante una multitud, APLA anunció que iba a realizar un paro entre las 14:00 y las 19:00 para asistir al acto en apoyo a la máxima mandataria. Sin embargo, Ricardo Jaime intervino y convenció al presidente del gremio, Jorge Pérez Tamayo, de retrotraer la medida para evitar la extensa cancelación de vuelos que se preveía. Finalmente, el paro, que se había anunciado a las 12, duró sólo una hora y cuarto: se cancelaron nueve vuelos y cuatro fueron reprogramados.  Por su parte, los pilotos agrupados en UALA no adhirieron al paro porque “la mejor forma de atribuir y aportar al país es seguir volando”, según dijeron.
El presidente de UALA, Diego Serra, declaró a Mensajero Periódico Turístico: “A pesar de la decisión que tomaron los pilotos de APLA, nosotros resolvimos seguir volando. No estamos ni en la CGT ni en la CTA”. Y contó además que envío una carta al ministerio de Trabajo, en la que, en nombre del sindicato, definía a la situación de la empresa como “de crisis” y explicaba los motivos por los cuales no adherían al paro en forma organizada. Sin embargo, el titular de UALA aclaró a este medio que “se les dio libertad a todos para que el que quisiera asistir a Plaza de Mayo lo hiciera, pero siempre garantizando todos los vuelos y sin demoras”.

De reunión en reunión
Más allá de las definiciones en torno a los actos presidenciales, los pilotos de Austral tienen la mente puesta en las conversaciones que mantienen, tanto con directivos de la empresa como con ministros y secretarios públicos. El pasado martes 17 volvieron a dialogar con representantes de la compañía. “Fue por el tema de la flota, principalmente por el avión que fue desafectado en Resistencia, Chaco, al que se le venció el contrato de leasing y ante lo cual nadie hizo nada”, afirmó sin titubeos el secretario general del gremio, Alejandro Venturino, quien además le dijo a este  medio que el viernes 20 realizaron una presentación en el expediente de la conciliación obligatoria, con un repaso de su diagnóstico. Tanto Venturino como Serra desearían que la empresa siguiera funcionando con independencia de Aerolíneas y que cuando se vendieran las acciones siguiera siendo mayoritariamente privada: “Lo ideal sería que un 90 por ciento quedara en manos privadas y un 10 con los empleados”, dijo el Secretario General. Mientras esperan los resultados de la auditoría de cuentas de AR, reconocen que es muy difícil que el Estado n